By: Estela Munguía Hernández | AMAR
El envejecimiento y la urbanización de la población son dos tendencias globales que están marcando considerablemente el siglo XXI.
México, como el resto de los países en plena transición demográfica, experimenta un intenso y acelerado proceso de envejecimiento poblacional, dando como resultado un aumento de la población de residentes de 60 años y más.
Esto representa un reto no sólo a nivel de políticas públicas, sino una oportunidad para replantear las ciudades a nivel social y urbanístico.
Desde diciembre del 2014 la ciudad de Guadalajara ingresó formalmente a la Red Mundial de Ciudades Amigables con los Adultos Mayores, en miras de convertirse en una ciudad incluyente y con mejores condiciones de habitabilidad para el sector de la tercera edad.
Junto con el municipio de San Agustín Tlaxiaca, Hidalgo; suman ya dos las poblaciones de México que forman parte de esta Red de carácter internacional integrada por 250 ciudades y comunidades de 27 países.
Actualmente, las localidades de nuestro país con mayores porcentajes de adultos mayores son la Ciudad de México, Veracruz, Oaxaca, Morelos, Yucatán, Michoacán, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Nayarit, Hidalgo, Guerrero, Jalisco y Durango. No obstante, se estima que los próximos años todas las entidades del país avanzarán en este proceso, algunas a ritmos más acelerados que otras.
Basada en el enfoque de la OMS sobre el envejecimiento activo, el propósito de la Red Mundial de Ciudades Amigables con los Adultos, es lograr que las ciudades se comprometan a ser más amigables con la edad, con el fin de aprovechar el potencial humano que representan las personas adultas mayores para sus sociedades.
A decir de la OMS, “Una ciudad amigable con los mayores alienta el envejecimiento activo mediante la optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen.”
En términos prácticos, una ciudad amigable con los adultos mayores adapta sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas mayores con diversas necesidades y capacidades.
La adhesión a la red obliga a los miembros a cumplir en 8 rubros: espacios al aire libre, edificios públicos y vivienda, transporte, participación social, respeto e inclusión social, participación cívica, empleo, comunicación, servicios sociales y salud.
La pertenencia a esta red supone la aceptación de importantes compromisos para mantener y aumentar los niveles de atención y bienestar a las personas mayores; al mismo tiempo que se comparte un compromiso para crear entornos urbanos que favorezcan un envejecimiento saludable y activo para promover el bienestar general de las comunidades.
Si bien se puede hacer mucho por lograr colocar a una ciudad o población como un destino amigable con el adulto mayor, también las residencias y complejos de retiro pueden aspirar a acreditarse como Senior Friendly Destination.
De acuerdo con el Lic. Javier Govi, CEO de AMAR CONSULTING en México, el que un proyecto esté acreditado por ellos como un Senior Friendly Destination implica que se cumplen con los más altos estándares urbanísticos y arquitectónicos; al mismo tiempo que se motiva el concepto de comunidad, socialización e Interdependencia.
Sobra decir que los beneficios resultan evidentes: inversiones en proyectos destinados a un sector en crecimiento -los adultos mayores-, con los más altos estándares para quienes buscan tener una estancia amigable y segura.
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