Orgullosamente 50 y más

Por: Javier Govi, Fundador de AMAR.

Es un hecho que todos vamos a envejecer, sin embargo esto nos aterra y nos encapsula, pero no creo que el problema sea el envejecer; sino, el prejuicio que ha impuesto la sociedad, la ansiedad de que nos digan viejos, que no seamos ya tomados en cuenta para ciertas cosas, y lo peor en muchos de los casos, el que nos hagamos invisibles.

Hay quienes piensan que la depresión de la gente mayor es porque están más cerca de la muerte, pero nos es así,  estudios demuestran que en la actualidad las personas entre más viven más felices son y que las personas son más felices al inicio y al final de sus vidas.

Entonces qué es lo que nos aterra: Es la discriminación y el estereotipo por cuestiones de edad, el proceso de envejecer parece estar mal visto e incluso rechazado por la sociedad, se utilizan términos que no nos hacen sentir orgullosos de lo que hemos vivido.

“Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos” – George Christoph.

Lo peor de todo es que hemos alimentado la negación hacia el envejecimiento, de tal manera que hablamos de los niños como si nunca lo fuimos y de los ancianos como si nunca llegaremos a serlo, la mayoría de los adultos trata de ocultar los rasgos del envejecimiento que demuestran que hemos reído, llorado, amado, temido, etc., que hay de malo en eso?, todos vamos a envejecer, aquí el tema es: como lo haremos y en qué condiciones?.

Nos hemos aferrado a intentar el vernos más jóvenes y hemos caído en la trampa de los productos anti-envejecimiento, y que decir de todo aquello que promueve la cultura de la corrección, en vez de enfocarnos en la cultura de la prevención. El no aceptar las trasformaciones naturales de nuestro cuerpo, en pocas palabras, el no aceptarnos a nosotros mismos, da pie a seguir alimentando el estereotipo y la discriminación.

Porque dejamos de celebrar la capacidad de adaptarnos y crecer conforme transitamos la vida. Es vergonzoso ser llamado “viejo” o “mayor”? hasta que dejemos de avergonzarnos por ello, podremos trascender y ser nosotros mismo, con virtudes y defectos, pero al fin nosotros mismos, no es saludable para nuestra mente y cuerpo alimentar esa negación, debemos reconocernos y no pedir permiso a nada ni a nadie para seguir siendo parte integral de un mundo que se mueve a velocidad a la que tal vez ya no nos podemos mover, pero que requiere de nuestras experiencia y visión.

Nosotros mismos nos vemos solos y encerrados en una institución donde todos tienen la misma edad: viejos, las arrugas son malas?, sino las lucimos como un sello de haber triunfado ante tantos vaivenes de la vida. No digo que sea fácil ser “viejo”, y más porque desde siempre nos han bombardeado, es de mal tono mencionarlo y merma la autoestima reconocerlo cuando lo que prima socialmente es parecer joven y triunfador. Un prejuicio que nos enfrenta a nuestro propio futuro

Esto implica grandes retos, a todos nos preocupa algún aspecto de envejecer, sea quedarnos sin dinero, enfermar, terminar solos, y son temores legítimos y reales. No es el paso del tiempo lo que hace que envejecer sea mucho más difícil de lo que tiene que ser. Es por lo que se le ha dado por llamar el “Edadismo”, que no es otra cosa que la discriminación y el estereotipo que la sociedad le ha impregnado al hecho de ser viejo y puede ser más compleja dependiendo de la cultura y la comunidad en la que te desenvuelves.

Empecemos por nosotros mismos, dejemos de culparnos cada vez que nuestro cuerpo reclama las aventuras que experimentamos en el transcurso de nuestras vidas, si una rodilla o brazo te duele, velo como una muestra de que has vivido la vida, ten por seguro que al que no le duele, es porque nunca se atrevió a salir de su zona de confort.

Lo cierto es que no hay que tener miedo a envejecer, ya que esa es una etapa más, natural y gratificante de la vida. Es importante saber que la naturaleza sigue sus pautas cíclicas teniendo siempre por objetivo la elevación del espíritu, por tanto, la vejez debe ser vista como nueva oportunidad de aprendizaje.

Hemos comparado al babyboomer con el millennial y hemos creado prejuicios que nos confrontan, en lugar de sumar esfuerzos y capacidades. Como todo en la vida, hay que mirar la vejez como una bendición, pues en esa fase se tiene la oportunidad de compartir la sabiduría adquirida, sirviendo a los más jóvenes para que a menudo no tengan que pasar por las experiencias más duras, abreviando y suavizando su camino.

Mientras las comunidades de retiro las rechazamos, los desarrollos inmobiliarios dirigidos a los millennials no los vemos con horror y humillación, los que ahora somos mayores de 50+, durante el transcurso de nuestras vidas hemos hecho cambios sustanciales en el modus vivendi de nuestras comunidades, implantando nuevos esquemas sociales y de convivencia, pues bien, nuestro proceso de envejecimiento no será la excepción.

No nos concebimos en instituciones cuadradas y cerradas donde viva pura gente adulta, nos vemos en desarrollos intergeneracionales, este proceso ya empezó,  hay en el mercado diferentes alternativas que permiten un mejor proceso de envejecimiento enfocado en calidad de vida y en la cultura de la previsión.

Importantes estudios muestran que las actitudes ante el envejecimiento afectan el funcionamiento de la mente y el cuerpo a niveles celulares. Las personas con sentimientos más positivos ante el envejecimiento tienen una vida más activa e independiente y por ende una interdependencia con su entorno, realizan más actividades físicas y sociales, se curan más rápido y viven más tiempo.

Me da gusto saber que está habiendo cambios positivos. En más actividades deportivas y no deportivas como es el caso del senderismo, se ha comprobado que cada vez hay más gente mayor arriba en la cima, disfrutando de la naturaleza y del convivio con los demás, aunque a veces se resuma a unos buenos días, tardes o noches, gente con propósito ante la vejez, en este sentido hemos propuesto el proyecto #TVtime cuya finalidad es combatir el sedentarismo y promover las actividades al aire libre.

Cuál es el mayor obstáculo de tener un sentido de propósito en la vejez?, es una cultura que nos dice que envejecer implica perder protagonismo. Por eso la Organización Mundial de la Salud está desarrollando una iniciativa “antiedadismo” para extender no solo la vida, sino también la salud.

Según el índice Global AgeWatch, es un hecho que una tercera parte del mundo en el 2050 pasara a ser mayor de 50 años (2,000+ millones de personas) y si nos enfocamos en los países considerados como “desarrollados”, llegaríamos a la conclusión que más del 40% de la población será “adulto mayor”. Todas estas personas mayores representan un mercado sin explotar, sin precedentes, Casi dos tercios de las personas de más de 60 años en todo el mundo dicen tener problemas para acceder a la asistencia de salud, casi tres cuartos dicen que sus ingresos no cubren los servicios básicos como comida, agua, electricidad, y vivienda decente. Si todos estamos seguros de ello, porque no sentirnos orgullosos de llegar a los que muchos le hemos denominado “La Segunda Juventud”.

«El envejecimiento no es un problema que se debe corregir o una enfermedad que hay que curar» es un proceso de toda la vida, natural, poderoso, que nos une de por vida y al que todos llegaremos” – Asthon Applewhite

No podemos cerrar los ojos a esta realidad, es imperante que el mundo se prepare para esta avalancha de “viejitos”. Es urgente fijar los programas de desarrollo urbano hacia destinos amigables al adulto mayor “Senior Friendly Destinations”. Algunos países están tomando medidas al respecto, pero en la mayoría, los esfuerzos son prácticamente nulos. Estaremos preparados para afrontar a este “Silver Tzunami”?.

El promedio de longevidad en los países “desarrollados ya está alcanzando los 82 años, ya es común escuchar de gente cumpliendo 100 años, por el contrario en esos mismos países, los índices de natalidad está bajando de forma exponencial, cambiando ya su gráfica demográfica, en un futuro cercano nuestros hijos podrían alcanzar los 100 años. La longevidad ha llegado para quedarse.

Les propongo sumarse a la Campaña «#Orgullosamente50ymas««#Proud50plus« como el punto de partida para terminar la discriminación y el estereotipo que la sociedad le da al envejecimiento. Porque no sentirnos orgullosos de ser 50+?. Recapacitemos, ha llegado el momento de cuestionarlo y replantear el cómo veremos el envejecimiento, los invito a que lo piensen y se unan.

fit50

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